¡Primer relato que publico en esta nueva plataforma! Basado en la iniciativa #Taletober2023 de Ecos De Tinta. Para obtener más información acerca del reto, acudan a las bases del reto bajo este post. Sin más dilación, aquí tienen su pedido de Carne al dente, con la compañía de “Nino 2” de la banda The Symposium.
Carne al dente
La verdad es que nunca me esperaba algo así. Había emprendido la marcha sin mucha esperanza. Además, era una travesía arriesgada. ¿Cómo me miraría al espejo después de fracasar? Era obvio que fracasaría, pero una vocecita en mi cabeza me decía que lo intentara. Total, el rojo se considera como un amuleto de buena suerte en quién sabe dónde y suerte no te sobra. Tuerzo los labios mientras bajo la guardia. ¿Y si resultara escandaloso? Me enrojecería más que esa cuerda floja de la que depende mi valía y mi buen ojo.
Pruebo a entrar y me desarmo tras luchar con la puerta para que se mantenga cerrada. Este es un espacio seguro, me repito, con algo de escepticismo, mientras me deslizo sobre una cuasi pérdida y me escandalizo levemente con la ruptura. No entiendo cómo debe hacerse esto. Despacito y con buena letra, y sujetándote a alguna pared para no mancharte, dice esa misma vocecita. Y luego, casi. No me reconozco en el espejo. Siento incomodidad y no sé por qué. Salgo sin saber qué esperar de quienes me esperan fuera.
–¡Pero si pareces Carmilla!
Y entonces sí, el tejido carmesí no puede competir con mis vergüenzas.
–No sé, hay algo mal...
–¿El pecho? Eso con un par de puntadas te lo arregla mi madre.
Soy un monstruo, mientras acepto su oferta. Una vampira, me han dicho. Quizás no haya sido tan mala idea probarme un vestido rojo que enseña un muslo entero. Carmilla, susurro para mis adentros. Me quito el vestido: se viene conmigo a casa. Me sobrecoge, como un destello, un ansia de morder a alguien de la alegría. Ya tengo una presa en mente, y el recuerdo de su sangre en mi boca.
¡Nos vemos estas noches del mes de las brujas!